En La Pampa, el topónimo “Cotita” ha derivado del apodo con el que fuera conocida Mariana Juana Cambaceres, hija del primer dueño de la estancia Hucal, en La Pampa.

Al organizarse dicho predio rural histórico, hacia fines del siglo XIX, a uno de sus campos se le asignó el nombre de “La Cotita”. Culminando la segunda década del siglo XX, sobre esas tierras había avanzado el cultivo de trigo y un ferrocarril pionero en la región las transitaba desde hacía más de veinte años, aportando la logística de transporte para llevar el cereal cosechado hacia el puerto de Bahía Blanca. Con esa función, se había conformado un desvío ferroviario hacia el límite noreste del campo La Cotita.

Por la magnitud que habían alcanzado sus instalaciones, se le otorgó la categoría de estación con el nombre de “Cotita” en 1919, obteniendo su habilitación pública oficial en 1920 para prestar servicio de cargas, pasajeros y telégrafo en el ramal ferroviario Bahía Blanca al Noroeste. El edificio de la estación fue construido con chapas de zinc y madera, teniendo como unidades anexas una pequeña casa con paredes de ladrillo, para el jefe de la misma, y dos galpones para el almacenamiento de granos.

COLONIA AGRÍCOLA

Por ese entonces, las tierras de planicie de la estancia Hucal que rodeaban a la estación Cotita fueron objeto de un proceso de subdivisión en pequeñas chacras de 150 a 200 hectáreas. Para la década comenzada en 1920, este conglomerado de chacras tomó la denominación de “Colonia Agrícola Cotita” y sus tierras empezaron a ser trabajadas bajo arrendamiento por inmigrantes llegados del Viejo Mundo, en su mayoría alemanes del Volga. Dicho sistema se basaba en la firma de un contrato que regía la modalidad de uso de la chacra, así como la forma en que el colono debía abonar el alquiler correspondiente a los propietarios de la estancia Hucal. Tal pago se materializaba mediante bolsas con grano de trigo, que el colono dejaba puestas para el embarque en la estación Cotita.

El contrato de arrendamiento obligaba al colono a sembrar dos tercios de la superficie de la chacra alquilada con trigo, dejando el resto para otros cultivos como maíz, lino o algún verdeo para pastoreo. Bajo tal contexto, alrededor de la estación Cotita se fue conformando un pequeño asentamiento urbano que compartió el mismo nombre. Con su ubicación en el extremo norte del departamento Hucal, dicho pueblo se dividía en dos sectores al estar atravesado por la ruta nacional 35. Unas 6 casas, construidas con paredes de adobe y techo de chapa, constituyeron su infraestructura habitacional, que no ofrecía hospedaje para viajeros. Con relación a las personas que tuvieron residencia permanente allí, se recuerdan a miembros de las familias Desch, Kronemberger, Leger, Muñoz, Obholz y Sebal.

Su población apenas llegó a superar los 40 habitantes, hacia mediados del siglo pasado. Los servicios de Cotita incluían, además de la estación ferroviaria, una escuela de nivel inicial, un destacamento policial, una herrería, dos silos para acopio de cereales y un comercio de ramos generales, propiedad de la familia Mondelo, que incluía venta de pan, carne y leña, expendio de combustibles líquidos y servicio de estafeta postal. Además, había un pequeño tambo propiedad de José Beck, con una producción de 1.000 litros mensuales de leche fluida, que tenía como destino el consumo local y el de Hucal, el pueblo vecino.

Para la década comenzada en 1930, y siendo su primera directora Dolores Coria de Logioio, en la localidad de Cotita iniciará sus funciones la Escuela Nº 73, cuyo predio se ubicaba al noreste de la estación. Con estos hechos ligados a la cultura agrícola y la industria ferroviaria, el asentamiento urbano de Cotita transitará su existencia de alrededor de medio siglo que, aunque efímera, merece ocupar una página al abordarse el trayecto socio-histórico de La Pampa de territorio nacional a provincia.

Marilina Soledad Giménez, María Soledad Stadler y Claudia Guillermina Doba. Acción de Extensión Universitaria "Rescate Cultural de la Localidad de Cotita en su Centenario", coordinada por Horacio Pagella.