La coyuntura de excepción que el aislamiento social obligatorio genera en las vidas de las personas, los grupos y las organizaciones nos obliga a revisar los modelos interpretativos para comprender qué sucede y prepararnos para el futuro. 

A partir de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) dictados por el Gobierno nacional como medidas preventivas para combatir la propagación del COVID-19, surgen una serie de cuestionamientos y debates relacionados con el impacto que esta disposición provoca en los distintos órdenes que hacen a nuestra realidad.

En este espacio, conscientes de la importancia y el valor de abordajes de las dimensiones macro de la sociedad y la economía en su conjunto, nos enfocaremos a algunos aspectos organizacionales que merecen ser estudiados.

AISLAMIENTO OBLIGATORIO

La crisis que el aislamiento social obligatorio genera en las organizaciones de producción, circulación y distribución de bienes y servicios por un lado detuvo flujos y sumió en un colapso a muchos procesos productivos. Por otro, aceleró otras tendencias y procesos que las organizaciones venían viviendo tanto en la transformación de las formas de sociabilidad, como en sus procesos organizacionales.

Las organizaciones, al igual que los países y regiones, enfrentan esta coyuntura de crisis con diferentes situaciones de origen. De acuerdo a las condiciones previas y los ambientes en que se desarrollan, podemos esperar respuestas, capacidades de resolución y recuperación diferentes.

Por un lado, en los sectores y organizaciones más integrados vemos que los mecanismos adaptativos irrumpen y aceleran la mediatización de las relaciones sociales y de producción -a través de las Tecnologías Informatizadas de la Comunicación (TICs)–, y reconfiguran la matriz sociocultural y productiva avanzando hacia la que llamamos “Cultura de la Conectividad” (ver José van Dijck).

Por otro lado, los sectores y organizaciones más vulnerables, y aquellos más afectados por esta coyuntura y sus medidas, se ven obligados a desarrollar estrategias de supervivencia ante la crisis y “el ascenso de las incertidumbres” (ver Robert Castel).

Unos ajustan protocolos de bioseguridad y definen “planes de contingencia” para capitalizar los aprendizajes y consolidar procesos de cambio, con nuevos espacios virtuales de sociabilidad, nuevas dinámicas de relación tanto en la comunicación como en los hábitos y las rutinas. Otros ven tambalear su futuro esperando que nuevas condiciones o medidas les permitan sortear la “cuesta abajo” (ver Minujin y otros) que esta crisis les depara.

Todos comienzan a vivir una etapa enrarecida. El contexto permite preveer un tiempo considerable para la recuperación que requerirá de esfuerzos y que se cobrará sus costos tanto económicos como sociales.

¿ES LA CRISIS UNA OPORTUNIDAD?

La teoría organizacional nos orienta a diferenciar los procesos de cambio según los factores que los impulsan. En este sentido, son evidentes las diferencias en los casos en que una organización cambia respondiendo a factores endógenos (es decir factores internos de la propia organización); y los casos en que cambia por factores exógenos (situaciones externas a la organización que la obligan a cambiar).

Es importante destacar, en este punto, que en la mayoría de los casos de cambio organizacional exitoso se integran factores endógenos y exógenos para consolidar un cambio duradero. En esos casos se modifican las rutinas de trabajo y los hábitos, se rediseñan las estructuras, se ajustan los procesos y resultados de una organización en forma duradera y beneficiosa.

Por ello, para responder a la pregunta que nos planteamos en este punto, creo que es necesario analizar ambas dimensiones. Tanto los factores externos como los internos. En este sentido, la centralidad del liderazgo organizacional cobra una relevancia vital en la respuesta y el análisis de coyuntura. A largo plazo, en cambio, la disposición a la innovación, la capacidad de aprendizaje, y la apertura al cambio de cada organización y su cultura, definen su potencial.

En el núcleo cultural de la organización (ver Edgar Schein), en las formas de pensar y hacer de sus líderes y sus miembros, encontraremos la clave para saber si una organización podrá aprovechar el factor exógeno de aislamiento obligatorio y sus efectos como oportunidad de cambio a largo plazo.

La dimensión socio-cultural de la organización y del ambiente en el que la misma se desenvuelve es esencial al momento de ampliar el campo de accionar de la organización, sus grupos y sus integrantes.

APRENDIZAJES

Aprendimos que obligar a las personas a aislarse disminuye el riesgo de contagio y aplana la curva epidemiológica. También estamos aprendiendo que disminuir los riesgos de contagio a través del aislamiento social obligatorio prolongado eleva otros riesgos tanto sociales, económicos e institucionales, entre otros, que también deben ser atendidos y comienzan a manifestar sus consecuencias.

Estamos frente a un contexto de excepción que altera las estructuras, los procesos y los resultados de nuestras organizaciones y nos fuerza a revisar los modelos interpretativos y las acciones para superarlos. Algunas enfrentan un desafío de innovación y aprendizaje, otras uno de supervivencia.

Esta crisis de escala global profundiza las carencias de los modelos económicos y los sistemas políticos imperantes. La pandemia torna evidente las consecuencias que viven las sociedades y las economías cuando se alejan de los lineamientos básicos de un “desarrollo a escala humana” (ver Manfred Max Neef) y sustentable.

Hoy vemos cómo a pesar de los avances científicos y tecnológicos aumentan las dificultades que enfrentan las organizaciones para responder a las necesidades de la población y el ambiente en forma equitativa y sostenible.

El desafío real, entonces, no es lograr la recuperación para volver a la condición de la “normalidad” (ver CEPAL) previa a la pandemia. El objetivo de los esfuerzos es alcanzar una “nueva normalidad” superadora y sostenible. En síntesis, nos queda mucho por aprender.

Lic. Guido Rovatti. Prof. Titular Interino de la Asignatura “Comportamiento Organizacional” de la Licenciatura en Administración de Empresas con orientación en Emprendedurismo. Facultad de Cs. Económicas y Jurídicas.