Paola Tarpin tiene 25 años y desde hace dos milita en el Movimiento Popular La Dignidad. Tenía 16 cuando la vida de su familia cambió para siempre.

El femicidio de su tía, Carla Figueroa, asesinada por su pareja Marcelo Tomaselli, llenó de sombras y vacío aquel oscuro diciembre de 2011.
Hoy, a 9 años de aquel momento, dice: “El tema de Carla está en nuestra vida cotidiana, con Valentín, que es su hijo. Quisiera haber tenido la información que hoy tengo, haber participado de los espacios en los que hoy estoy. En su momento no teníamos las herramientas para llegar a Carla porque claramente ella se sintió desamparada”.

Con esta clara convicción, y luego de solicitar permiso a la familia, conformaron dentro del Movimiento el Espacio de Género Carla Figueroa, que funciona en calle 30 Nº 350, en General Pico, para llegar a los espacios populares. “Hay lugares donde las mujeres se acercan y no tienen mucha atención, entonces nosotras tratamos de trabajar en esa parte”. Realizan talleres de violencia doméstica, laboral y aborto. “Nuestra función es informar a las mujeres sobre lo que pueden hacer a raíz de lo que les está pasando todos los días. Todas tienen una historia diferente, todas están en un círculo con un manipulador, con un violento. Si bien sus métodos siempre son los mismos, hay diferentes maneras de salir. Nosotras las escuchamos y tratamos de derivarlas a otras personas más informadas que nosotras (asistente social, psicóloga, abogada). Tratamos de darles esos hilos que ellas no consiguen en otros lados”, explicó en el ciclo de entrevistas por Instagram que realizó nuestra Universidad.

Paola cuestionó el tratamiento que recibió el caso de Carla por parte de la Justicia. La figura del avenimiento, derogada en 2012, permitía que un violador o responsable de abuso sexual eludiera la cárcel si era perdonado por su víctima. Carla había denunciado a Tomaselli de haberla violado pero luego lo perdonó y acudió a la figura del avenimiento para lograr su libertad y casarse con él.

Al respecto, Paola relató: “Cuando yo leí las cartas que ella había enviado al Tribunal de Impugnación Penal en octubre, antes de casarse con él, el léxico que usa una persona de 18 años, una carta redactada de manera formal, explicando cosas que Carla no conocía… pienso que la manipulación de Marcelo fue tal para evitar el juicio por la violación. Por eso pidieron la figura del avenimiento con el abogado (Armando) Agüero, fueron como manotazos de ahogado para no llegar al juicio donde se pudiera condenarlo de 9 a 20 años. Ahí te das cuenta cómo la manipuló para que ella firme eso”.

En cada aniversario de la muerte de Carla las organizaciones feministas siguen reclamando al Poder Judicial una mirada de género para entender y fallar en los casos de violencia contra las mujeres.

CON LA LEY SOLA NO ALCANZA

Daniela Zaikoski Biscay es abogada, docente e investigadora, y coautora del libro “Violencias contra las mujeres: Realidades, desafíos y actores en la implementación de la Ley Nacional 26485 en La Pampa”, que provee un marco histórico para pensar los temas de violencia de género.

“La violencia contra las mujeres es histórica, pero la conceptualización o teorización sobre la violencia de género o la violencia contra las mujeres en razón del género es relativamente reciente”, sostuvo en la charla organizada en el mismo ciclo de Instagram institucional. Agregó: “Nosotros tenemos algunos hitos en cuanto a la cuestión normativa de la violencia: la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación (CEDAW) del ‘79 sobre violencia o la Declaración de Derechos Humanos de las Mujeres del ‘93. Los derechos de las mujeres son derechos humanos, ahí aparece la cuestión de la exigibilidad. Después viene en nuestro país la adhesión al protocolo de CEDAW y recién en 2009 la ley 26485, que no es ni la primera ni la última ley de violencia contra las mujeres”.

“Nosotras hemos consultado acá en Santa Rosa y una vez lo pudimos hacer en General Pico en distintos barrios y es muy baja la percepción que la discriminación y la violencia contra la mujer son una vulneración de los derechos humanos”, reveló. Por eso, el recorrido por la ruta crítica no es tan fácil de iniciar porque las víctimas saben “que hay un margen muy amplio de que su denuncia no sea escuchada, no sea atendida”.

Y añadió: “Poder sostener la denuncia es también muy trabajoso porque muchas veces esa intervención que tiene que ser integral , un abordaje especializado, que por la ley 26485 debería ser gratuito, se complejiza porque las personas que están en las organizaciones no están especializadas, las personas que toman la denuncia no toman en serio esos hechos, las dificultades de la prueba no se subsanan, entonces el caso se termina cerrando por falta de pruebas cuando en realidad no es que no haya constancia o evidencia de la violencia, sino que no se está investigando con perspectiva de género”.

NUEVAS INVESTIGACIONES

La abogada forma parte de un equipo de investigación dentro de la UNLPam que actualmente se encuentra indagando el tema de los cuidados. “Las mujeres tenemos necesidades y demandas de las más variadas, que cambian a lo largo de la vida. La disponibilidad para el cuidado es muy diferente entre aquellas que tienen cargas familiares que cumplir a aquellas que pueden socializar esas cargas entre los distintos actores encargados del cuidado, sea el Estado, el mercado, las redes familiares, las redes sociales, en relación a aquellas que no están en condiciones de hacerlo”.

Aclaró que las medidas de acción positiva, definidas como mecanismos que se adoptan para acelerar los procesos de igualdad, no se reducen solamente a garantizar el cupo femenino, sino a considerar las dificultades que atraviesa la mujer para conciliar la vida familiar y laboral.

Sobre el camino que queda por transitar más allá de la ley, concluyó: “No hay que dar por hecho que porque los derechos se consiguen en la letra de la ley se cumplen. Es muy importante que un país, una provincia o una institución como la UNLPam tengan normas orientadas al respeto y la sensibilización de la violencia. Con las normas no alcanza, es necesario que las personas adoptemos actitudes respetuosas y tolerantes”.

Cecilia Mana, periodista. Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.