La Facultad de Agronomía emprendió el año pasado un proceso de planificación estratégica participativo, con miras a 2040. Con una firme decisión de las autoridades, el Consejo Directivo declaró, por unanimidad, de interés institucional el proceso de elaboración del plan estratégico.

Propuso una serie de especificaciones que lo postulaban como un proceso particular: un Consejo Interno conformado por todas las fuerzas políticas y los claustros, la elección abierta de un/a coordinador/a, una serie de instancias participativas abiertas a toda la comunidad, un Consejo Consultivo donde se le dé participación a las instituciones del medio que se relacionan con las temáticas de la Facultad.

Por medio de una convocatoria abierta se designó al Coordinador y la propuesta de trabajo presentada comprendió 5 etapas: 1) revisión de antecedentes internacionales, nacionales y locales y sistematización de información interna; 2) propuesta y construcción de valores institucionales y modelos deseados de largo plazo; 3) diagnóstico posicionado y construcción de objetivos de mediano (2030) y largo plazo (2040); 4) identificación, definición y jerarquización de ideas, proyectos y estrategias para el cumplimiento de los objetivos; 5) institucionalización del proceso.

Se definieron 6 ejes transversales de trabajo: formación académica de grado y posgrado, extensión y vinculación con el medio socio-productivo, investigación y desarrollo tecnológico, relaciones interinstitucionales, organización y funcionamiento institucional, y participación y gobierno. Para todo el proceso se realizaron 4 talleres internos de trabajo (275 personas en total), 2 reuniones con actores internos y externos (91 personas entre los dos talleres, 27 organizaciones e instituciones del medio) y 3 encuestas abiertas a la comunidad de la Facultad (910 respuestas entre todas). De esta participación, sin precedentes en la Facultad, se construyeron los resultados del Plan Estratégico de la Facultad de Agronomía 2040.

El Plan cuenta transversalmente con la consolidación de 4 valores institucionales, 6 modelos deseados de largo plazo, 6 objetivos estratégicos a 2040, 35 objetivos estratégicos a 2030, 22 nodos problemáticos jerarquizados, 51 ideas proyecto comunitarias, 33 lineamientos estratégicos priorizados, la conformación de un consejo permanente, 7 actas de interés institucional firmadas por actores, organizaciones e instituciones y 1 agenda de trabajo interinstitucional para desarrollar de manera colaborativa en el corto, mediano y largo plazo.

Para institucionalizar el proceso se presentaron los resultados en un formato de informe al Consejo Directivo, que por Resolución N° 52/20 se aprobó por unanimidad. También se propuso la institucionalización de la Comisión Consultora, pensada de antemano como un espacio para que los actores internos (de todas las fuerzas políticas y todos los claustros) y los externos (las instituciones y organizaciones interesadas en participar activamente de la vida institucional y generar sinergias) trabajen de manera mancomunada con la mirada puesta en el mediano y largo plazo.

Tener un plan es tener una herramienta. No garantiza por sí solo el desarrollo institucional. Hay que reforzar los mecanismos de participación, apropiación, gestión y control para avanzar bajo un norte institucional común que permita desarrollar a la institución. Es un paso más hacia lo deseado, hay que seguir construyendo con consensos. Implica generar recurrente y sistemáticamente espacios de construcción colectiva. La participación de la comunidad y las instituciones debe ir mejorando en el tiempo, permitiendo aprender de los procesos para generar una expertise que posibilite la evolución conjunta y el desarrollo interinstitucional.

Dr. Santiago Ferro Moreno. Coordinador del Plan Estratégico de la Facultad de Agronomía, UNLPam