La Revista de la Facultad de Agronomía, tal como se llamaba en sus comienzos, empezó a gestarse en 1984 por iniciativa del Dr. Eduardo Cano, profesor de Ecología Vegetal de la carrera de Ingeniería Agronómica, quien insistía en la importancia que la Facultad tuviera su propio órgano de difusión de las actividades científicas que en ese momento se llevaban adelante.
Luego de varias reuniones en las que participaron docentes de distintas áreas académicas de la facultad, se conformó una comisión directiva encargada de presentar ante el Consejo Directivo de la Facultad la solicitud de creación de la revista junto con su reglamento.
En 1985 a través de la Resolución N°013/85 FA se crea la Revista de la Facultad de Agronomía. Su primer Comité editor fue designado por el Consejo Directivo y estuvo integrado por los docentes: Ing. Agr. Fernando García (Presidente), Lic. Graciela Hevia (Secretaria), Prof. Reynaldo Orrego Aravena (Tesorero), los Ing. Agrs. Raúl Esteves, Dr. Eduardo Cano y Héctor O. Troiani (Vocales titulares) y el Ing. Agr. Alberto Quiroga (Vocal suplente).
El primer volumen fue editado ese mismo año con un tamaño tipo A4, y la edición de los diferentes artículos fue totalmente artesanal, los originales fueron realizados con máquina de escribir eléctrica, con cinta carbonizada, en la secretaría del Colegio de Ingenieros Agrónomos, que gentilmente facilitó las instalaciones para ese trabajo. En ese primer volumen se publicaron siete trabajos completos y siete comunicaciones, con un total de 132 páginas.
Durante los primeros años, se publicó un solo volumen que incluía dos números, hasta que a partir de 1988 se editaron dos números por año. Cada número contiene además una serie de resúmenes de Trabajos finales de Graduación de las carreras de la Facultad. Desde sus comienzos, la revista de la facultad de agronomía siempre fue reconocida por las diferentes gestiones de gobierno universitario, quienes contribuían económicamente para su publicación.
A su vez, la revista contaba con socios que mensualmente aportaban una cuota y esa recaudación era utilizada tanto para los gastos administrativos como para contratar los servicios de quien se encargarían de las actividades de secretaría. Esa tarea la cumplieron en general algunos docentes, estudiantes y nodocentes que se encargaban de recibir los trabajos y enviarlos a evaluadores externos, convocar las reuniones de Comité Editor y escribir las actas correspondientes. En muchas ocasiones, también los miembros del comité editor tuvieron a su cargo la compaginación de algunos volúmenes. Esto ocurría cuando los gastos superaban lo recaudado.
La preparación e impresión de los originales era toda una proeza, requería mucho esfuerzo personal, incluía la búsqueda de auspicios de diferentes comercios en Santa Rosa, la impresión de los originales en buena calidad y además buscar una imprenta que hiciera un buen trabajo a menor precio.
Gran parte de la tarea de edición de los originales cambió notablemente cuando el Dr. Cano adquirió de su pecunia para la revista una máquina eléctrica de última generación, que era capaz de almacenar toda una página y modificar los tipos de letra a discreción, cambiando lo que llamábamos “margaritas” que eran unas pequeñas plantillas con diferentes tipografías. Esa máquina todavía funciona y se encuentra como reliquia de la revista en la biblioteca de la facultad.
El siguiente director del Comité editor fue el Dr. Cano, quién siguió en ese cargo hasta su retiro de la Facultad en 1998. Desde el momento que se hace cargo de la dirección el Dr. Cano, la publicación de la revista queda bajo la órbita de la catedra de Ecología, donde la mayoría de los integrantes conformaban el comité editor y realizaban diferentes labores. Ya en 1990, se incorporó en la Cátedra una computadora que permitió realizar otro gran salto tecnológico en la edición de la revista. Este avance proporciono un cambio en fisonomía de la tapa y el diseño de edición de los trabajos.
Cuando los trabajos eran muy extensos, o abarcaban una temática específica que hacía importante su publicación, se editaban los mismos en series de suplementos. Algunos de ellos muy utilizados por investigadores y estudiantes como los suplementos de botánica y de agro-meteorología. Además, algunos suplementos eran editados en el marco de congresos o Jornadas realizadas en Santa Rosa, como el congreso de Pastizales Naturales y la VII Reunión Argentina de Parasitoidólogos.
EL INGRESO AL MUNDO DIGITAL
La impresión de la revista siempre fue su principal inconveniente, principalmente por los costos y también por la calidad variable de las imprentas que justamente, por los valores que se manejaban en ese tiempo, eran a las que se podía acceder. Todo cambió cuando a través de distintas gestiones, la impresión comenzó a realizarse en la imprenta de la Universidad, donde revista mejoró notablemente su calidad de impresión. En el año 2008 en coincidencia con el 50 aniversario de la UNLPam, se modifica el diseño de la tapa y se incorporan imágenes a color en los trabajos. En 2013 se obtiene el nuevo ISSN para publicaciones “online” y se comienza con el diseño de un sitio para la revista en la página de la Facultad de Agronomía. La coexistencia entre el formato papel y el acceso al formato digital dio a la revista mayor visibilidad lo que permitió mantener la publicación de dos números por año a partir de ese momento.
En 2014 el Comité Editor decide cambiar el nombre de la revista a Semiárida, gracias a la identidad ganada durante más de 25 años en la publicación de temas vinculados a la problemática de regiones áridas y semiáridas, aunque no es excluyente para la publicación de investigaciones provengan de éstas u otras regiones. Se incorpora el DOI y se publica bajo licencia Creative Commons (Reconocimiento - No comercial - No Derivadas).
EL FIN DEL FORMATO PAPEL
El formato papel se mantuvo hasta 2017 cuando el comité decide, previa consulta a los socios, dejar de publicar la versión impresa y pasa a integrar el Portal de Revistas Científicas de la UNLPam (CERAC). Desde ese momento Semiárida se publica online, a través de la plataforma Open Journal Systems (OJS) con un nuevo ISSN.
La cuota societaria dejo de cobrarse ya que los socios no recibirían ningún beneficio, como lo hacían antiguamente (gratuidad para publicar y la recepción de los tomos en formato papel). También se dejó de cobrar la cuota por publicación, de esta manera Semiárida se transformó en una revista de acceso abierto, gratuita y de calidad, mucho más accesible para estudiantes y graduados que no cuentan con subsidios ni proyectos de investigación que solventen gastos de publicación de sus investigaciones.
Las tareas editoriales cambiaron de manera sustancial a lo largo de los años, especialmente la edición y compilación de los volúmenes, se vieron agilizadas por la incorporación de tecnologías. Sin embargo, estas nuevas tecnologías de la información requieren otro tipo de trabajo como la carga de metadatos, acceso a indizadores, redes sociales, entre otras tareas novedosas y muy demandantes. En el último año este salto tecnológico permitió a Semiárida ingresar a indizadores y bases de datos internacionales, como Catálogo Latindex, DOAJ, Redib, DARDO y hacer postulaciones para otros tantos. Desde el año 2013 el Dr. Daniel Estelrich se encuentra ante la dirección de la revista, quien ha aceptado abiertamente las sugerencias y desafíos que se presentan para actualizar la misma a estos tiempos modernos.
Agradecemos a todas aquellas personas que desde sus inicios acompañaron de alguna manera la labor de la revista durante estos 35 años, especialmente a quienes conformaron a lo largo de los años el comité editor, el comité científico y a quienes fueron sus socios.
Viviana J. Cenizo, Alejandra Jacobo y Daniel Estelrich