Hemos transitado dos años en la virtualidad y al imaginar el regreso a la presencialidad en el 2022, la primera idea que emerge es la de Hibridación. Un concepto que al parecer nos podría acercar algunas posibilidades y del cual podemos encontrar diferentes acepciones.
Proponemos comprender la “hibridación” como un proceso sociocultural que implica poner en escena a los sujetos biográficos que transitamos las instituciones educativas (docentes y estudiantes) a través de pensar en el marco del diseño de la propuesta educativa: los tiempos, espacios, momentos y sentidos de encuentro, apoyándonos en la tecnología como un recurso.
Desde esta mirada, utilizar la misma implica partir de los sujetos y no de las tecnologías aisladas. Pensándolas como un medio para la enseñanza que habilite el diseño de propuestas tecnopedagógicas.
Ahora bien, ¿Cómo entendemos ese diseño? La hibridación nos posibilita considerar la incorporación de tecnologías para la mediación pedagógica y la construcción de vínculos con el saber. Aspectos a tener en cuenta en un contexto socio histórico político en el que están surgiendo nuevas formas de comunicar, de relatar, de narrar conocimientos en la sociedad y también de construirlos. Aspecto que a nuestro entender no se restringe las necesidades que plantea la pandemia.
Cada vez es más significativo el impacto de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación en la cultura y en las dinámicas sociales. La preocupación en torno a cómo generar un diálogo, intercambiar ideas, ayudar a crecer, interactuar, atravesar limitaciones, poner a disposición, reconocer, buscar, construir con “otros” son parte de los desafíos necesarios a considerar al momento de hablar de construcción del conocimiento.
Lo anterior implica poner en tensión además las siguientes preguntas ¿Cómo aprenden nuestras-os estudiantes? ¿Qué les proponemos desde la enseñanza para favorecer sus procesos de aprendizaje en la formación? ¿Cómo se vincula con la cultura de la Universidad? Interrogantes que cobran sentido en un marco determinado de relaciones, tanto fuera como dentro de las instituciones. De ahí la importancia de reflexionar sobre las formas que habilitan la construcción de saberes y capacidades, particularmente, en la relación pedagógica.
En este sentido, los procesos de mediación deben leerse como parte sustantiva a los procesos de apropiación del conocimiento, en dónde la construcción de competencias y capacidades que permitan apropiarse de las nuevas tecnologías, es prioritario.
Hacer referencia a ellas nos lleva a pensarlas no solamente, en sí mismas, sino también en los cambios culturales que su utilización traen aparejados, desde dónde los sujetos construyen modos de aprender.
Retomando lo mencionado hasta el momento, reafirmamos que las TIC no guían el cambio, pero su utilización, tanto fuera como dentro del aula, habilitan nuevas formas de relación que necesitamos conocer para enseñar.
La enseñanza, no puede ser abordada separadamente del cómo lo hacemos. “La forma” que adquiere el contenido impacta directamente en las posibilidades de apropiación y producción del conocimiento por parte de las-os estudiantes. Estas también son contenidos. Son marcos que nos/les permiten comprender el mundo. La enseñanza es mediación y como tal supone sujetos que enseñan y aprenden en condiciones histórico-sociales determinadas en las que es necesario considerar un entramado de aspectos fundamentales.
En la actualidad, nos rodean diferentes narrativas a través de recursos multimediales, hipermedios, hipertextos, que integran distintos lenguajes (textual, visual, sonoro y audiovisual). Estos recursos proponen al sujeto una interacción con la información. La hipertextualidad es una de las características y paradigmas más definidores de los contenidos multimedia interactivos. En donde las palabras claves son transmedia y convergencia, en relatos que utilizan diferentes medios y plataformas. Todas están al alcance de la mano si nos proponemos utilizarlas. Aquí el desafío reside en construir y “dar forma” a propuestas educativas que contemplen multiplicidad de formatos, relatos y narrativas, considerando la incorporación de los mismos sin perder de vista el sentido pedagógico didáctico hacia el cual se orienta dentro de la propuesta educativa.
Se advierte la presencia de una tensión constante entre lo deseable o esperable y lo que se desarrolla o está sucediendo en las instituciones. En este contexto, en donde las certezas no redundan, invitamos a construir desde la reflexión en y sobre las prácticas docentes, en un contexto de profundos cambios culturales y signado por la incertidumbre y la complejidad, diseños de propuestas educativas que contemplen diversas formas, en la que lo presencial, lo virtual y el uso de recursos tecnológicos acompañen procesos de enseñanza y de aprendizaje significativos.
Jorgelina Kloster. Coordinadora del área de educación a distancia Facultad de Ciencias Humanas Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Jésica García. Asesora pedagógica del área de educación a distancia Facultad de Ciencias Humanas Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.