La actividad agraria es uno de los principales agentes de transformación a nivel global de los ecosistemas naturales. Sin embargo, hoy en día, el mundo cada vez demanda nuevas formas de producción amigables con el medio natural.

En un mundo donde las sociedades humanas demandan más tierras y recursos naturales para la subsistencia y el desarrollo agrícola, los procesos ecológicos y ambientales se ven severamente afectados por la pérdida de biodiversidad a causa del impacto negativo generado por algunas actividades productivas que no consideran aquellos procesos como un activo ambiental en su cadena de producción. 

La provincia de La Pampa no es una excepción, ya que la mayor parte de su producto bruto interno procede de su sector primario, la actividad agro-ganadera, la cual ha crecido considerablemente en las últimas décadas expandiendo sus fronteras hacia zonas naturales. Sin embargo, el origen de esta actividad en la provincia es reciente. A principios del 1900, desde la llegada de los primeros colonos, los cuales trajeron sus animales domésticos, se  encontraron en una situación de conflicto con muchas especies de grandes depredadores silvestres por considerarlas perjudiciales para el desarrollo de sus actividades productivas.

En no más de 20 años, el gran depredador de la región fue extinto, el Yaguareté, por depredar sobre los animales domésticos. La creencia popular, a veces constatada, de que estas especies se alimentan de ganado y que, por tanto, causan pérdidas en la producción, lleva a los productores a la reducción o eliminación de sus poblaciones, a veces incentivados por políticas del Estado.  Para ello se implementó la persecución directa (armas de fuego, trampas) o el peligroso empleo de métodos no selectivos como el envenenamiento, en este último caso causando en ocasiones la muerte de otras especies silvestres, pero también domésticas e incluso el envenenamiento de los mismos productores rurales por el mal uso.

La persecución directa y la muerte por envenenamiento se han convertido así en los factores de mortalidad más importantes para algunas de las especies de grandes depredadores, incluso para algunas categorizadas como en peligro de extinción como es el caso del Águila Coronada. Esta situación es preocupante, ya que en casi 120 años la provincia de La Pampa está a punto de perder a otro gran depredador, sin tener en cuenta todos los beneficios, directos e indirectos, que estas especies brindan al sector agropecuario.

Las dimensiones humanas de los conflictos con fauna silvestre han sido abordadas desde diferentes puntos de vista en otras partes del mundo. Sin embargo, las particularidades de cada región hacen que sea un trabajo difícil y con resultados no siempre exitosos. En este sentido, se deben tener en cuenta factores sociales, económicos y culturales de cada lugar para tratar de establecer acciones de conservación y procurar herramientas a los gestores del medio natural, atendiendo también la demanda de los productores.

Un grupo de investigadores del Centro para el Estudio y Conservación de las Aves Rapaces en Argentina (CECARA) de la Universidad Nacional de La Pampa pretende abordar esta situación en la provincia de La Pampa mediante el Proyecto de Extensión Universitaria (PEU) “Diálogos en el territorio para la convivencia del sector Agro-ganadero y la Fauna Silvestre”. El objetivo del proyecto es afrontar la interacción de especies animales silvestres con las actividades agroganaderas de la provincia de La Pampa desde la asociación entre la divulgación científica y la visión de los propios sectores productivos. El equipo está integrado por: Dr. José H. Sarasola (director del proyecto de extensión), Dra. Beatriz M. Miranzo (codirectora del proyecto), Dr. Juan Zanón, Dra. Paula Orozco, Dra. Andrea Costán, Mg. Diego Gallego y Mg. Maria Eugenia Cabrera y los y las estudiantes Tania Paradiso, Macarena Di Dino, Rocío García, Agustín Hidalgo y Salvador Fernández.

El diálogo con los productores estará enfocado a la difusión de los bienes y servicios que las especies silvestres proveen a los ambientes naturales, y por consiguiente también a los productores y habitantes rurales. Como primer paso, se pretende conocer la percepción que los productores tienen sobre estas especies y escuchar sus vivencias y experiencias para entender mejor cómo y desde qué punto enfrentar el proceso de divulgación.

El conocimiento generado por estos diálogos servirá para planificar y diseñar estrategias de manejo acordes a las diferentes situaciones. Así, se identificarán los potenciales conflictos entre propietarios y fauna silvestre, desarrollando entrevistas personales con cada uno de los productores interesados en participar. Además, el equipo impartirá charlas y talleres que ayudarán en la toma de conciencia colectiva acerca de la preservación de la biodiversidad y de la revalorización del patrimonio socio-ambiental.

En el desarrollo de distintas actividades de investigación durante casi dos décadas, el CECARA ha identificado y abordado las interacciones puntuales que se establecen entre los productores y la población rural con especies de fauna silvestre, incluyendo entre ellas al Puma, el Zorro Gris y diferentes aves rapaces como el Carancho o el Águila Coronada. Gracias a estos estudios se ha logrado obtener información acerca de diversos aspectos ecológicos y biológicos de estas especies. Por ejemplo, el Puma puede controlar poblaciones de herbívoros que son consideradas plaga en cultivos como la liebre europea, poblaciones de especies exóticas como el ciervo y a su vez tener un importante rol como dispersor de semillas.

Por otro lado, el Águila Coronada es un depredador especializado en la captura y consumo de ofidios, siendo también un importante regulador de sus poblaciones. Por otra parte, las especies carroñeras como el Carancho, el Jote de Cabeza Negra o el Jote de Cabeza Colorada son los responsables de la eliminación de cadáveres de ganado en el medio natural, impidiendo que proliferen diferentes enfermedades y acelerando procesos de ciclado de nutrientes en el ambiente.

LOS PRODUCTORES COMO PROTAGONISTAS

La ejecución de este proyecto de extensión dará continuidad a las labores de investigación y extensión que el CECARA lleva a cabo en todo el Oeste Pampeano. En esta oportunidad, las actividades se centrarán en Santa Rosa y General Acha. El equipo llevará a cabo encuentros con diferentes agentes involucrados gracias a la colaboración de la Asociación Agrícola Ganadera de La Pampa (AAGLP) y la Asociación Rural de General Acha, quienes también participan del proyecto.

El trabajo de extensión sentará las bases para la implementación de acciones destinadas a colaborar con los productores en las potenciales situaciones de conflicto y a su vez también a la conservación de las especies. Además, las tareas de extensión permitirán el desarrollo de una red de información que involucre directamente a los habitantes locales con las actividades que lleva adelante el grupo de investigación. Estas tareas tendrán también como objetivo la revalorización, por parte de los propios actores locales, del patrimonio natural en la región.

Sin embargo, el gran desafío a futuro es extender estas acciones a todo el territorio de La Pampa, pero también a toda el área de distribución de las especies, en particular la del Águila Coronada. Para lograr este desafío es imprescindible la participación de los Estados provinciales y el nacional para llevar adelante verdaderas políticas de conservación de la fauna silvestre.

Centro para el Estudio y Conservación de las Aves Rapaces en Argentina (CECARA). Facultad de Exactas y Naturales, UNLPam. Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.