El 19 de agosto de 2021 se cumplieron 100 años del nacimiento de Juan Ricardo Nervi en Eduardo Castex. Desde Contexto Universitario seguimos compartiendo artículos de personas que conocieron algunas de sus múltiples facetas.

“Y si me es permitido dar a las generaciones de la docencia actual un consejo, éste sería: ‘Aprendan a ser’, esto es ‘Aprendan a aprender’. Sean siendo. Sean haciendo (perdón por los verboides). Sean creando. Los maestros no nacen: se forman, como diría Erasmo. Y en esa formación, la fase práctica no puede ser un simple anexo de la fase teórica. Debe convertirse en praxis y efectivizarse en la acción.” JRN (La Arena 15-4-1980)

“Pedagogo, escritor, poeta, dibujante, pintor, deportista, J. R. Nervi fue uno de los intelectuales más lúcidos que ha dado La Pampa. Fue Director General de Cultura e interino de Educación de la provincia entre 1955 y 1959” (1)

“En 1980, desde esa lejanía que lo desangró pero que no lo inmovilizó, nos envió un libro de poemas, el más logrado de su producción a nuestro entender: Rastro en la sal. Versos ceñidos y severos que cincelaron sonetos de agreste metafísica”. (2)

Mi primera noticia de Nervi fue a través del suplemento cultural de La Arena, que empecé a leer desde que se comenzó a publicar, en cuyas páginas de vez en cuando se aludía a él. Por entonces mi residencia era Victorica.

Me anoticié de su exilio cuando un amigo común, Kino Gómez Luna, me dijo a comienzos de la década de 1980 que él le había enviado a México la colección que tenía del periódico El Heraldo, que se publicó en Victorica desde 1909 hasta los primeros años de la década de 1930.

Nervi tenía intención de publicar la Historia del Periodismo Pampeano y hacía años que venía recolectando materiales. Es que él había ejercido el periodismo y, como maestro y pedagogo que era, fue un fervoroso defensor del programa “El diario en la escuela”.

Edgar Morisoli, quien ya había sufrido la cesantía y había dejado de publicar, escribió el prólogo en 1979 para su libro titulado “Rastro en la sal” parido en el exilio, que publicó La Arena en enero de 1980. “Tal vez como en ninguno de sus libros, sentimos que aquí Nervi ha transitado la poesía como una ‘vía de conocimiento’, y al cerrar sus páginas comprendemos en qué tremenda, inefable medida, el poeta nos ayuda a vivir.”

Cuando regresó a La Pampa en 1985 comenzó a participar anualmente en los encuentros de Escritores Pampeanos, de cuya constitución habíamos formado parte en 1984 cuando, recuperada la democracia, se echó a andar nuestra entidad.

Allí lo sabíamos escuchar atentamente, porque tenía una facilidad enorme para la palabra. No leía, sino que hablaba con la sapiencia de un sabio que había leído a los clásicos, a los griegos y los latinoamericanos.

Sus clases magistrales en la Cátedra Permanente de la Universidad Nacional de La Pampa eran un manantial de ideas, citas y propuestas. No tenía bache literario alguno. Era un Maestro así con mayúscula, también pedagogo de valía internacional y por sobre todo un excelente promotor de la cultura pampeana y nacional.

El diario La Arena agregó un suplemento especial a su tirada dedicado a la Educación que él dirigió. Fue, como dice la profesora María C. Diz, “Un constructor de la cultura de La Pampa”.

En una oportunidad vino al despacho del Ministerio de Cultura y Educación acompañado del secretario de Cultura y Extensión de la Universidad, Ricardo di Nápoli, quien ya había creado la editorial “Amerindia”. La propuesta que me comentaron fue la idea que habían conversado previamente de intentar reeditar obras agotadas de contenido valioso para la comunidad pampeana y nacional. Lamentablemente los recortes presupuestarios tanto de la Universidad como del gobierno nacional afectaron todos los planes y proyectos. La recesión que había comenzado a mediados de 1998 dejó trunca, por falta de financiamiento, una idea compartida.

En otra oportunidad me dijo que quería presentarme a una persona que había vuelto a La Pampa y tenía un proyecto muy interesante. Fui aquel día a la confitería La Capital, allí él me presentó al músico Maestro Enrique José Mariani, violinista, quien hacía poco tiempo que estaba en la ciudad. Su proyecto era crear la Orquesta de Cámara de La Pampa.

Allí me enteré que era padre de un hijo y su nuera asesinados y una nieta desaparecida durante la última dictadura militar (1976-1983). Que su esposa, fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo era “Chicha” Mariani, quien creó la Fundación Anahí para sostener su búsqueda.

Para mí fue un enorme placer que él publicara una nota que había incluido en el libro sobre el maestro Félix Romero, en el suplemento que ya he citado. Como también que me consultara de dónde había tomado la noticia que publiqué en una nota en Caldenia sobre el periodismo en Victorica. Se trataba del primer periódico aparecido en General Acha. Mi fuente, que le compartí, había sido publicada en el libro de Lorenzo Massa, “Historia de las Misiones Salesianas de La Pampa” (tomo I pág.416).

(1) Evangelista, Rubén R. L. “Cancionero Folklórico contemporáneo de La Pampa” 2009.

(2) Blanco, Diana Irene: “En la remota orilla del recuerdo” Eduardo Castex 2008.

Luis Ernesto Roldán Cesanelli. Profesor de Enseñanza Media en Ciencias Económicas, ex ministro de Cultura y Educación de La Pampa

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